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    Fantasmas Del Ático

    lunes, 19 de agosto de 2013

    Y dime...


    Dime qué hago. Qué narices siento. CONTESTAME.

    Seamos claros. Esta noche tengo ganas de follar(te). Hoy te quiero en mi cama o en cualquier otro lugar disponible para mí. Para poder besar(te) hasta las partes invisibles de tu cuerpo. Esas que ni siquiera tú sabes que existen.
    ¿Y ahora qué? Ahora nada. Nada porque sigo en mi habitación sola con un vestido blanco virginal cuyo adjetivo dejé de merecerme hace tiempo. Me vuelvo loca dando vueltas intentando tragarme la frustración, pero da igual. No puedo. Las palabras no salen de mi boca. Se quedan atascadas ahí, en esa parte que no es la garganta pero tampoco es el pensamiento. Que no sabes donde se quedan pero que se pierden en algún punto del camino. Tengo ganas de gritarle a alguien mi opinión, mi punto de vista. Gritar mientras me imagino que me comprenden. Tener una de esas personas de confianza a las que las puedes contar todo. Esa confianza que en realidad no existe. No la inventamos nosotros. O a lo mejor es que no existe la confianza que yo quiero. Al final es que las emociones se pierden en el camino, o se acumulan en un almacén hasta que explota. Que me dan ganas de conectarme a algún sitio para contarle mi historia a alguien. Alguien de quien no esperas nada y solo por eso se convierte en una situación especial.
    Total, que una vez más y con toda sinceridad, todo se reduce a una increíbles ganas de follarTE hasta quedarme sin aire y sin fuerzas para poder pensar o sentir nada.
     
     

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