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    Fantasmas Del Ático

    domingo, 29 de abril de 2012



    No te vayas. Bésame otra vez. Cierra los ojos y déjame tocarte, sentirte, aprenderme cada parte de tu cuerpo de memoria. Sigamos acariciándonos hasta el amanecer. Ya sabes que me robaste el corazón con el primer beso, así que ahora te pido que no te alejes y te quedes aquí en la cama conmigo. Regálame una mirada llena de sentimiento, susúrrame un “te quiero” de verdad. Quítame la ropa.
     Esta noche tengo ganas de ti.
     



    sábado, 21 de abril de 2012

    Simplemente cierro los ojos y me olvido de todo lo demás.


    Salgo de casa dando un portazo. Me sorprende ver que mi madre no me persigue o algo. Otra pelea más. Odio esa palabra. Odio como queda en su boca, cuando me la grita reprochándome miles de cosas. RESULTADOS. ¿De verdad se piensa que a mí no me gustaría tenerlos? Cojo el coche y me voy. No sé a dónde, pero me da igual. Se que cualquier sitio es mejor que el que dejo atrás. Se me ha olvidado coger el móvil. Pero bueno. Qué más da. Así seguro que nadie me puede localizar. Dicen que muchas veces, las personas viven de ilusiones, pero nunca te suelen contar qué se hace cuando te las quitan. Me siento frustrada. Parece que todo el mundo se ha puesto de acuerdo en hacerme sentir una fracasada. Hay un hostal a lo lejos. Parece que se va a caer de lo antiguo que es y lo destrozado que está. Dejo el coche en cualquier lugar, saco el poco dinero que llevo en el bolsillo y cuando llego a recepción pido una habitación al hombre viejo, de pelo gris y de ojos tristes que esta allí. Ya que no puedo desaparecer del mundo, haré que el mundo piense que he desaparecido. Quiero estar sola. Lo deseo más que nunca. Abro la puerta y me encuentro una habitación cuadrada, con olor a humedad, con algo de polvo y mal iluminada. Al menos allí no hay ruido. Ni teléfono. Ni televisión. Entro en el baño. El espejo minúsculo está lleno de nombres. Firmas que pertenecen a personas desconocidas que antes estuvieron allí. Suspiro con satisfacción. Hay una bañera y parece que está limpia. Abro el grifo, me quito la ropa y dejo que el agua me moje. Como si fuese una señal, empiezo a llorar en silencio. Siento que me rompo, que he llegado a un límite en el que no puedo más. Los minutos pasan, el baño se llena de vapor y cuando pienso que el consumo del agua empieza a no ser proporcional a lo que he pagado por esas cuatro paredes, cierro el grifo. Acabo sentada , con el pelo chorreando, tiritando y echa un ovillo, allí, dentro de esa antigua bañera. Sigo llorando. Al final los ojos me duelen, y el cansancio me atrapa. Me acurruco abrazándome a mí misma y empiezo a quedarme dormida. Tengo que tener una pinta ridícula desde fuera. Lo más civilizado sería salir, secarse, vestirse y dormirse en la cama. Si me quedo aquí a lo mejor mañana tengo una pulmonía o algo. Pero la verdad es que me da igual. No tengo fuerzas ni ganas para levantarme. Así que simplemente cierro los ojos y me olvido de todo lo demás.
     

    miércoles, 18 de abril de 2012

    Lista de cosas que TENGO que hacer

    Ya que parece que últimamente carezco de originalidad, me apoyaré en la entrada de Cris, solo que en vez de hacer una lista de cosas que me gustaría hacer, son cosas que TENGO que hacer. Ya. Ahora. En una semana, un par de días, esta noche... Cuanto antes mejor. A ver si haciéndolo público me obligo a realizarlo.

    1- Dejar de escribir tonterías y comenzar a escribir más o menos diariamente como antes. Volver a recuperar lo que antes era mi blog. Eso ya se ha convertido en todo un reto.
    2- Escribir un privado a Cris contándole qué narices me pasa. Llevo... ¿Cuatro días de retraso? Increible.
    3- Pasar a Cris la serie de Nana. OBLIGATORIO hacerlo esta noche (nota mental).
    4- Escribir a Ross. ¿Cómo se puede echar de menos los mensajes de una persona y aún así no encontrar 5 minutos para escribir cualquier chorrada?
    5- Recuperar mi paciencia. Parece que ahora es inexistente, y sin ella no soy nadie.
    6- Grabar un video.
    7- Hacer una copia del  CD de "Titere sin cabeza" para devolver el disco a su dueño.
    8- Devolver un libro a una amiga y dejarle uno mío. Hablar con ella, demostrar que existo, que no paso de todo y jugar juntas a la wii .
    9- Quedar con Cris en un futuro no muy lejano. (nota mental: el mes que viene).
    10- Intenar cumplir las nueve cosas en un tiempo máximo de un mes.

    sábado, 14 de abril de 2012

    No me daba miedo que lo descubriese


    Ese día estaba nublado. Las gotas más atrevidas caían del cielo, pero era pocas. Menudas cobardes. Tenía ganas de que lloviese tanto que fuese casi imposible conducir. Quería salir del coche y que el agua me calase hasta que el frío me helase los huesos.
    El cielo se iba oscureciendo perezoso. Mi humor empeoraba por momentos. Lamentaba estar con él. Estaba convirtiendo el coche en un pequeño infierno lleno de reproches, cambios de humor, ironías… Estaba fría como el témpano, me sentía enjaulada, encerrada, agobiada. El coche me parecía más pequeño que nunca.
    Aún así, con todo, cuando le miraba a los ojos sentía que no había un sitio mejor que aquel. Que no quería estar en ningún otro lugar y que no tenía forma de agradecerle su infinita paciencia. Estaba siendo casi lo peor de mí misma. Lo más sorprendente, es que no me daba miedo que lo descubriese.
     

    miércoles, 11 de abril de 2012

    Odio hacer de mi blog un diario.


    ¿Hasta qué punto podemos estar seguros de algo? ¿Hasta qué punto puedes librarte de los sentimientos? ¿Hasta dónde llega la estupidez y la curiosidad?
    Sentimientos llenos de polvo que se entremezclan con la insana curiosidad. Decisiones que por alguna confusa razón nunca fueron tomadas. No se puede avanzar un kilometro y volver atrás dos días después. Así no se acaban las cosas. Es como echarte sal en una herida. Es joder por joder. Es confusión, insensatez.
    Como no comience a escribir de nuevo pronto… al final acabaran conmigo las ideas, las dudas, la realidad, el estrés, las cosas extrañas como esta y las preguntas que ocasionan entradas escritas sin pensar.
    Odio hacer de mi blog un diario. Odio dejar de lado aquello por lo que empecé a escribir.
     
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