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    Fantasmas Del Ático

    miércoles, 29 de febrero de 2012

    Atención

    Primera entrada SPAM de mi blog (como odio estas cosas)

    Para aquellas personas que sigo y coincide con que me siguen.... ¡¡¡¡LO SIENTO!!!! No tengo tiempo últimamente ni para sentarme 5 min tranquilamente a escribir, ni para pasarme por todos vuestros blogs diariamente para leer vuestras entradas.
    A nivel particular, con los blogs que más leo y con los que más "hablo"...

    -Lunatic to Love: ¡Prometo leerme todas tus entradas! Me da muchísima rabia cuando escribes y no puedo leerte. De este fin de semana no pasa. Además hace eones que no sé nada de ti. Parece que a ti la universidad también te ha abducido.
    -Caos de Sentimientos: Parece que te tengo medio abandona, y jope, ¡qué rabia! Digo lo mismo. De este finde no pasa que te pase el primer capítulo de Nana, que me lea tus entradas y me ponga al día en general.
    -Poesía Difusa: Más de lo mismo. Aunque hace poco que te sigo eres unos de los blogger con los que más me intercambio comentarios. A ver si soy capaz de ponerme al día con todas las partes de las mini historias que vas subiendo.

    Apuff... Odio los examenes, el estrés y los laboratorios.

    lunes, 27 de febrero de 2012

    Era...

    Era el jardín de cristal, el alma invisible,  la sonrisa transparente.
    Era las lágrimas de aquel sauce llorón, la esperanza que trasmite un rayo de sol.
    Era un río sin caudal, un mar sin horizonte, un reflejo inexistente, el deseo de aquella estrella fugaz que nunca se cumplió.
    Era un sueño imposible, un lápiz multicolor, un cartel sin letras, una reja sin barrotes, un grito sin voz.
    Era el amor sin la confianza, la ilusión sin la esperanza, el orgullo sin la determinación, una tristeza repleta de felicidad, un enfado perdonado, un sentimiento marchitado.
    Era aquello que no imaginas, eso  en lo que no piensas normalmente. Era diferente. Era original.


     

    viernes, 24 de febrero de 2012

    Por ti...

    - ¿Piensas irte así?
    + ¿Qué pasa?
    - Que llevas los pantalones del pijama. ESO es lo que pasa. ¿De verdad que no tienes intención de cambiarte de ropa?
    + No. Total, para lo que voy a hacer...

    Le miré todo lo mal que pude. ¿Pero cómo podía ser así?

    - Como no te pongas otra cosa me niego a ir contigo por la calle.
    + ¿Me lo dices enserio?
    - Por supuesto. Lo que me faltaba... seguro que al final cuando vivamos juntos y llevemos diez años casados iras sin afeitar, con zapatillas de estar por casa, sin peinar.... apuff. ¡Prefiero no imaginármelo! Si no te cambias me voy a casa yo sola.

    Se echó a reír. Me reconí a mí misma que a lo mejor había sido un poco exagerada, pero me daba igual. Se acercó, me abrazó y me dijo al oído para que solo lo escuchase yo:

    + Por ti iría todos los días de traje si tú me lo pidieses.
    - Si tú no tienes de eso.
    + Da igual, me los compraría.

    Y al final, antes de cambiarse me dio uno de esos besos que me dejaban en un mundo paralelo donde desaparecía hasta el tiempo. 


     

    domingo, 19 de febrero de 2012

    Resúmeme la Vida

    Resúmeme la vida en alguna palabra, en alguna cosa de esas que se nos escapan.

    En esa última calada.
    En ese polvo rápido en la parte de atrás del coche.
    En esa burbuja de jabón donde te viste reflejada.
    En ese suspiro de añoranza.
    En esa última palabra que escribió tu bolígrafo antes de morir.
    En esa gota de sangre que perdiste cuando un folio intentó matarte.
    En la última página de tu libro favorito.
    En aquel atisbo de sonrisa perfecta.
    En aquel infinito arcoíris.
    En esa última copa.
    En esos nueve números que componen su número de teléfono.

    Resúmeme la vida en algún momento único, pequeño, casi invisible. En algún momento personal, irrepetible...

     

    martes, 14 de febrero de 2012

    Promesas

    Permíteme que te confiese una cosa. Me da mucho miedo la idea de que te conviertas en mi prioridad. Que te conviertas en la única ancla de mi barco. Que te conviertas en mi diario, en mi mundo, en mis sueños… en cualquier cosa que al final acaba haciendo daño.
    También me da miedo la idea de que llegues a ser tan importante que empiece a ser incapaz de negarte algo. Como por ejemplo, que al final acabe haciendo promesas casi sin pensar. No me gustan las promesas. Parece que son recursos desesperados que utilizas cuando quieres asegurarte de algo. No sé. Tengo un concepto bastante abstracto de ellas. No quiero prometerte nada. Y tampoco quiero que tú me prometas nada a mí. Quiero que me mires a los ojos y me hagas una afirmación, saber que me estás diciendo la verdad y confiar en ti ciegamente… cumpliendo el mayor defecto del amor… que definirlo, no se puede definir con exactitud, pero sí se le pueden sacar defectos.
    No quiero que me pidas que te prometa que nunca más besaré a alguien que no seas tú. Ni quiero que tú me prometas que me querrás para siempre. Porque al final, lo más probable es que sea mentira. O no. No se sabe… y precisamente por eso no se puede prometer. En caso extremo, te puedo decir que te prometo que nunca besaré a nadie que no seas tú mientras que esté contigo, porque eso, sí que es verdad. Si estoy contigo toda la vida, perfecto, y si no sabré que no habré mentido.
    Pero aún así… tengo miedo. Sí. O no. Puede. No es miedo exactamente. Pero bueno, da igual. ¿Por qué? Porque por suerte o por desgracia ya eres mi prioridad. Solo me queda ponerme gafas para ver mejor y no prometer cosas que no son.

    domingo, 12 de febrero de 2012

    Págame con Besos



    - Bueno, en cuanto cobre el mes que viene te devuelvo los seis euros que me has prestado.
    - No hace falta.
    - Claro que sí.
    - Pero es que yo no quiero que me des el dinero... no sé.
    - Bueno, pues te invito a merendar. Qué más da. El caso es que te debo seis euros.
    - ¿Y por qué no me los devuelves en besos?
    - Los besos no cuestan dinero.
    - Pues por eso. Así me tendrías que dar infinitos besos.

    jueves, 9 de febrero de 2012

    Te Sonrisa es mi Perdición

    [Reto aceptado de Vereth. "Si tantas veces te dedicas a repetir una frase mirándome a los ojos, escríbeme una historia con ella"]



    -          Ya está, hemos llegado al sitio. Puedes quitarte la venda de los ojos. Espera. Te ayudo. Bueno… ¿dime?, ¿Qué te parece?
    Ella tardó unos minutos en enfocar la visión, pues llevaba casi media hora con los ojos tapados totalmente con un pañuelo, escuchando la voz del Vampiro que estaba de fondo. El sitio donde se situaban los dos, estaba totalmente oscuro. El hombre levantó la mirada al cielo y se reflejo la luna entre su mano, la cual, poco a poco, acercó a ellos como si le hubiera lanzado una caña de pescar.
    -          ¿Qué te parece enana? Si te gusta, mañana preparo el viaje en primera clase y en menos de lo que tardas en mirarme a los ojos, nos encontraríamos allí… luego todo demás estaría en nuestra imaginación. ¡A lo mejor hay coches verdes y todo!
    -          ¡¡Apuff!! Esto es espectacular. Si te digo la verdad, sería nuestra perdición intentar pasar toda la vida en este lugar, ya que sería todo para nosotros, y nadie más sabría de nuestra existencia ni lo que nosotros estamos sintiendo en este momento, ¡sería algo que nadie más pudiera llegar a conseguir!
    Se quedo fijamente mirando al Vampiro, porque se dio cuenta de que no estaba prestando atención a las palabras que decía. En cambio, observó que tenía una sonrisa de lado a lado en su cara y que tenía la mirada clavada en sus labios.
    -          ¿Se puede saber qué te ocurre?- Pregunto ella.
    -          Sabes que soy de pocas palabras, porque con quedarme aquí quieto, tu sonrisa me lo dice todo. Estamos hablando de que todo esto sería una perdición, pero si te das cuenta, hasta las cosas más insignificantes pueden llegar a ser la perdición de algo… o alguien… Entonces, si las cosas pequeñas pueden ser nuestra perdición, tu sonrisa que no tiene adjetivo alguno, y que es más grande que cualquiera de los sentimientos que te podría decir en estos momentos, es la mía. Te...
     

    martes, 7 de febrero de 2012

    Atrévete a Quererme

    [Me gusta conserva algo de mi níñez, algo de mi personalidad que sea infantil. Y si eso tiene que ser una mirada al cielo y una estrella, que así sea]


    -          Eres insoportable. De verdad, podrías irte muy lejos y perderte de una vez en ese mundo imaginario del que tanto hablas.
    -          No quiero perderme en ningún sitio si tú no vienes conmigo.
    -          ¿Conmigo? Pues ya puedes irte a dormir si quieres, porque te vas a cansar de esperar.
    -          Que pasa, ¿Qué tienes miedo?
    -          ¿Miedo de qué?
    -          De quererme.
    -          Mira que eres tonta cuando quieres.
    -          ¿En serio? Pues entonces atrévete a quererme. Será una locura, una aventura peligrosa, pero seguro que merece la pena. - Me miró sin saber qué decir – Contigo sé que no habrá final. Será una historia diferente, personalizada, sin prisa, sin cosas típicas.
    -          ¿Sin citas perfectas ni regalos estúpidos? – Asentí – Entonces dime… ¿tu mundo imaginario está mirando al cielo, la segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer?

     

    sábado, 4 de febrero de 2012

    Y de repente ocurre


    Y de repente se encuentra sonriendo como una estúpida mientras mira por la ventana. Y sin darse cuenta necesita esa jeringuilla imaginaria con la droga hecha con tus miradas. Suspira y el cristal se empaña. Busca en su imaginación buscando inventar palabras voladoras del color del arcoíris llenas de optimismo, porque en el diccionario no las había encontrado. La caja de música que se encargaba de los latidos de su corazón parecía que estaba rota, porque cuando te veía perdía el tempo. Los latidos se volvían locos, desordenados, eufóricos.
    Y de repente, cuando menos lo imaginaba, se encontraba divagando sobre qué fue lo último que comió, porque desde hacía tiempo solo sentía cosas raras en el estómago. Cosas indefinidas. ¿Translúcidas o transparentes? ¿De colores o en negatico como si fuesen diapositivas antiguoas y medio estropeadas? ¿Grandes y pocas o pequeñas y muchas? No lo sabía. Algo pasaba. Ella no sabía definirlo, no sabía ponerle nombre. Algunos lo llamaban mariposas en el estómago y algo así como estar enamorado. Pero eso era demasiado simple para explicar algo tan grande, difuso, emocinante y arrollador. Sí, no sabía si la forma correcta era esa que decían los demás, pero para ella, no existían palabras ni frases sifucientes para nombrar las millones de cosas que se apoderaban de ella con solo pensar en ti.
     

    jueves, 2 de febrero de 2012

    Curiosidad y Pena

    Sorprendida se encuentra de nuevo el blog abierto. Ese con ese nombre tan enrevesado o tan especial. No sabe qué pensar. Y sorprendida, se encuentra una entrada nueva entre todas las que no ha leido que la llama la atención. Hace mucho que no escribia nada sobre el tema. ¿Por qué? Porque no lo necesitaba, porque no se acordaba, porque era, de alguna forma... como si lo hubiese olvidado.

    Un sueño. De eso hablaba la entrada. De un sueño que la hizo pensar. Pero poco, nada exagerado, nada preocupante. Solo consiguió que buscase en esa cajita de recuerdos esos sentimientos sin nombre... y solo encontró dos cosas. Curiosidad y pena.

    ...Después apagó el ordenador con una sonrisa.


     

    miércoles, 1 de febrero de 2012

    A veces dicen...


    Me gustaría desaparecer, asfixiarme a tabaco, gritar hasta quedarme sin voz, romper cualquier cosa que tenga alrededor y arrancarme todas las lagrimas hasta cercionarme de que no me queda ninguna.
    A veces dicen que el desamor te hace llorar y lo expresan como “cuando creo que me he quedado sin lágrimas, me encuentro llorando de nuevo”
    A veces también dicen que cuando una persona llega a su límite, ya no puede ir más allá.
    Ella no solo consigue  hacerme llorar, u odiarla hasta que me dan náuseas solo con mirarla. También consigue romper cada día la barrera de mi límite.
    Harta, cansada, llena de rabia y frustración. Daría lo que fuera por irme a miles de kilómetros y hacer que nadie existe.
    Puede que hoy no desaparezca, puede que no me asfixie, que no grite o que no rompa nada… pero no siempre serán así… puede que mañana sea diferente. O no.

     
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