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    Fantasmas Del Ático

    miércoles, 19 de enero de 2011

    1 - Perdida en un Mar de Canciones


    Era viernes, estaba preparando la maleta y mi padre me llamó:

    -          Cassi, tienes que estar en media hora en la puerta esperándome. Me ha llamado Juan Antonio y nos vamos juntos.
    -          ¿En el mismo coche?
    -          No, cada uno en el suyo, pero hemos quedado en su casa.

    Mi padre se fue y me dejo sin saber de pronto qué meter en la maleta. La ropa que minutos antes me parecía apropiada, se había vuelto fea. Tire todo al suelo, abrí el armario y comencé a sacar ropa nueva. De pronto lo vi. Un vestido que me había comprado hacía unos meses. Todavía tenía la etiqueta, pero era posible que ese fin de semana pudiese estrenarlo. Lo doble cuidadosamente y lo coloque junto a los zapatos a juego. Media hora después ya estábamos en el coche.

    -          Papá, ¿te has acordado de meter mis escarpines? Que la última vez se te olvidaron.
    -          Sí. De todas formas ya que no preparas tú la maleta, no te quejes.

    Puse la radio. En Cadena 100 estaba empezando a sonar una de mis canciones favoritas: “Blanco y Negro” de Malú. Qué canción más apropiada. Cada una de las letras, cada una de las notas, parecían colocadas en el orden exacto para que describiesen mis sentimientos hacia el. Perdida en la voz de la cantante, llegamos a su casa.

    Siempre. Siempre la misma reacción desde hacía cuatro años. Era verle y mi corazón se salía del pecho. Nos dimos dos besos. Cerré los ojos. Olía tan bien… siempre me había sorprendido que no usase colonia. Era inolvidable, y me vinieron recuerdos de cuando iba por la calle y de repente decía: “¡Huele a Stefan!”. En esos momentos di gracias porque ya no me pasase.

    -          Hola ¿Qué tal?
    -          Contentísima. Estoy deseando estar ya en el agua.
    -          Este fin de semana te voy a superar, ya verás.
    -          Sí claro, en tus sueños.
    -          ¡Oye! Qué mala eres. Si estoy echo un profesional. – nos reímos juntos – Además, tengo que probar unas gafas nuevas.
    -          ¿Cómo son?
    -          Luego te las enseño.

    Cuando cada uno se montó en su coche y comenzamos a recorres los 400 kilómetros que nos separaban de la playa, yo ya estaba en las nubes. La mayoría de las canciones que iban inundando el ambiente durante el viaje me recordaban a él. El Arrebato, Maldita Nerea, El Sueño de Morfeo…

    [Princesa testaruda que guarda un secreto, y cierra de un portazo la ventana del deseo]

    Stefan… me encantaba ese nombre. Era poco usual, pero cuando sus padres estuvieron en EE.UU se enamoraron de el. Y yo de su hijo…

    [Puede que en el fondo me haya vuelto un Quijote, soñando que le aman, borracho de ilusiones]

    No tenía remedio. Tenía que reconocer que si durante cuatro años siempre había tenido la misma reacción… tenía que significar algo. Su altura, sus ojos, su sonrisa…

    [Pídeme, la luna llena. Pídeme, la vida entera. Pídeme, lo que tu quieras… por un beso de tu boca yo daría cualquier cosa]

    El mar apareció en el horizonte. Poco después lo teníamos ala izquierda. El mar menor… un día soleado, tranquilo, sereno, feliz. Ideal para sentirse enamorado.

    [Contigo porque me matas, y ahora sin ti ya no vivo. Tú dices blanco, yo digo negro. Tú dices voy, yo digo vengo. Miro la vida en color, y tú en blanco y negro]

    Habíamos llegado. Estábamos en la puerta del centro de buceo. Pasaríamos allí la mayor parte del tiempo.

    -          ¿Qué tal el viaje?
    -          Bien. En las nubes cantado.
    -          ¿Cantando? – me miro raro.
    -          Sí. Es que tengo una voz preciosa. – le respondí y le saqué la lengua.

    Fui a saludar a los dueños. Fueron los minutos suficientes para perderle de vista. ¿Dónde estaba? Le encontré en mi sitio favorito. Estaba sentado en las rocas, mirando al mar. Me quede mirándole en silencio. Era increíble, pero nunca podría ser mío. Hasta lo que sabía, estaba saliendo con una chica. Antes de decidirme a ir y hacerle compañía, estuve unos segundos compadeciéndome de mí misma.

    [Dicen que el amor es suficiente, pero no tengo el valor de hacerle frente. Tú eres quien me hace llorar, pero solo tú me puedes consolar]

                                                                                                                        (Continuará)

    Princess_of_Hell

    1 comentario:

    1. Parece estar muy bien, he echado un ojo al blog y me ha gustado escribes muy bien! es que el otro día lo presentaste en ampliación de inglés y me pareció interesante y como yo también tengo un blog pues pensé: voy a echarle un ojo xD y la verdad es que está genial así que me hago seguidor jaja

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